De contrastes y colores…De extremos, así nos cautivó el cactus. Vida en sitios insospechados de una exuberancia que algunas veces nos deja sin palabras.
Bajando por el río Magdalena llevándonos a lugares donde los sentidos se magnifican con el sonido del agua y la naturaleza mostrándonos toda su magia. Ahí donde la inspiración no tiene límite.
Uno de nuestros sueños es poder mostrar a través de nuestros ojos, la belleza que nos muestra día a día la naturaleza. Contrastes, texturas, envolturas, historias que van pasando de voz a voz.
Llévate una flor todos los días… colores, formas, texturas esto fue lo que nos motivó… Capturar ese momento único de la naturaleza en todo su esplendor y poderlo llevar en el día a día.
Formas mágicas que van recorriendo cada uno de los espacios dejándose llevar, transformando cada lugar que habita, llenando todo de vida por su caminar.
De lo intangible a lo tangible. ¿Cómo materializar algo que solo sentimos?…El humo nos acercó, los alisios nos llevaron de la mano.
Nosotros nos quedamos con el relato Muisca donde lo describen como la planta que nace del oro y la esmeralda. Con toda la gratitud por todos los involucrados: nuestra tierrita, cultivadores, recolectores y transformadores.
Joyas que trascienden en el tiempo, buscando resaltar la conexión e inspiración profunda con la naturaleza.
Inspirados en los nidos de los pájaros, así son nuestros nidos, hechos de un solo hilo, piezas únicas, pues no hay forma de hacer otra igual.
Seguimos descubriendo la magia de la naturaleza, buscando capturar la esencia del crecimiento con relieves que muestran su textura. Cada joya un tributo a lo natural.
Colonizadores que van dando vida a otro paisajes, cambiantes, siempre buscando crecer, proteger y encontrar otras nuevas formas para así existir.
Inspirados en nuestras rosas colombianas, vimos en los pétalos una gran expresión de vida, delicados, ligeros, sutiles, románticos, como muestra de una naturaleza efímera.
De nuestro trópico Protectora, siempre tratando de dar sombra llena de vida para compartir, fuerte por fuera y una delicadeza por dentro a punto de inexistir.
Así son estas semillas, necesitan del viento para poder volar y alejarse de su nido para poder crecer, con una meta clara, seguir caminando para poder florecer.
Las flores nos encanta observarlas pétalo por pétalo, tocarlas, olerlas y vivirlas. Cambiantes día a día mostrándonos esa capacidad de adaptación.